últimas. De hecho, en los últimos años nos hemos percatado de que los análi-
sis de los propios participantes en los procesos tecnológicos, como los operado-
res de telecomunicaciones, comienzan a aceptar que la infraestructura de
comunicación no es el único elemento que explica las diferencias entre países
y que la renta y la educación son también de elevada importancia (UIT 2003).
Tan sólo analizando la sociedad de forma integrada, teniendo en cuenta la
infraestructura, la producción y el conocimiento (Castells y Himanen 2002), es
posible identificar procesos de transición en las sociedades contemporáneas.
El análisis de comparaciones internacionales en el campo de la tecnología
nos muestra una realidad aparentemente convergente entre las diferentes
sociedades aquí analizadas. De este modo, todas ellas presentan un nivel de
máquinas vinculadas a Internet en aproximadamente una cuarta parte del pro-
medio de las economías avanzadas, y también cerca de un tercio de las expor-
taciones de alta tecnología realizadas por las economías avanzadas (a excepción
de Polonia, Uruguay y Argentina), presentando por último índices de uso de
Internet de más de dos tercios de la media de las economías avanzadas (a excep-
ción de Argentina y Brasil). En general, los países aquí analizados presentan
siempre resultados mejores e índices más equilibrados en la dimensión del
“conocimiento” tecnológico que en “infraestructura” y “producción tecnológi-
ca”. Sin embargo, la irregularidad en el rendimiento de las dos últimas catego-
rías parece ser en sí misma un rasgo distintivo de estas sociedades fruto de no
haber conseguido estabilizar buenos resultados en todas las categorías en ese
proceso de transición.
Ejemplos de esa irregularidad de resultados son los porcentajes de Brasil (19)
y Hungría (25) frente al promedio de exportaciones de alta tecnología del G7
(21) o los contratos de telefonía móvil de Portugal, España, Italia, Grecia y
República Checa, todos ellos por encima de la media del G7, o incluso las tasas
de crecimiento de servidores seguros en Portugal, República Checa, Eslovaquia,
Hungría, Polonia, Grecia, Chile y Argentina con cifras próximas o superiores a
las de las tres economías informacionales aquí analizadas (Finlandia, EE.UU. y
Singapur). Sin embargo, hay también que tener en cuenta algunas particulari-
dades de las sociedades en transición, sin las cuales sería difícil explicar algu-
nos de sus logros. Tomemos como ejemplo la cuestión de la penetración de ser-
vidores seguros. El hecho de que Portugal y España tengan índices más eleva-
© Editorial UOC 83 Sociedades en transición hacia la sociedad en red
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