sonal/social y de los rituales/prácticas del día a día, de la comprensión (y cambio) de
las reglas, normas y convenciones, del acceso a las narrativas, historias y fantasías
pero que lo hacemos acumulando la interacción cara a cara con una creciente posibi-
lidad de mediación, ofrecida por los medios de comunicación de masas y las comuni-
caciones globales, visible en el número de horas que interactuamos con los diferentes
medios de comunicación y su presencia en nuestro día a día.
Siguiendo el hilo conductor del párrafo anterior, podría decirse que la res-
puesta a la pregunta de qué cultura pertenece a la era de la información es que
se trata de una cultura de la virtualidad real. Como señala Castells, “es virtual
porque está construida principalmente a través de procesos virtuales de comu-
nicación de base electrónica. Es real (y no imaginaria) porque es nuestra reali-
dad fundamental, la base material con que vivimos nuestra existencia, cons-
truimos nuestros sistemas de representación, hacemos nuestro trabajo, nos
relacionamos con los demás, obtenemos información, formamos nuestra opi-
nión, actuamos políticamente y alimentamos nuestros sueños. Esta virtualidad
es nuestra realidad” (Castells 2004b), la cultura de una sociedad donde la
mediación ha ganado un espacio que está hombro a hombro con la comunica-
ción en cuanto a la importancia que le damos.
A lo largo de este capítulo se ha intentado demostrar la improcedencia del
uso del concepto de sociedad de la información para caracterizar los cambios
sociales en curso en las sociedades contemporáneas. También se ha argumen-
tado que la noción de sociedad en red (Castells 2002) para ilustrar un cambio del
paradigma organizativo es más bien adecuada para caracterizar sociedades que,
sin serlo de la información, son claramente informacionales. En este contexto
la cultura de sociedades informacionales también se diferencia de modelos cul-
turales mayoritarios hasta hace algunas décadas. Las sociedades informaciona-
les se caracterizan culturalmente por asumir características de virtualidad real.
Pero si la tecnología es común, al igual que el modelo de organización social,
la red y las características culturales también lo son, lo cual no quiere decir que
estemos ante un único modelo de sociedad informacional. Por otro lado, las
sociedades continúan estando construidas a partir de lo que son y de lo que
escogen ser en términos culturales, económicos, políticos y sociales. De ahí que
existan múltiples sociedades en red, unas en transición, otras en búsqueda de afirma-
ción de diferentes modelos informacionales, unos modelos que también se relacio-
© Editorial UOC 73 Las múltiples dimensiones de la sociedad en red
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