© Editorial UOC 502 Los medios de comunicación en la sociedad en red
que hasta cierto punto han sido capaces de hacer frente a las necesidades bási-
cas de sus ciudadanos.184
Sin embargo, la estabilidad, alcanzada a través del desarrollo y la expansión
de los mercados, tiene otra cara: la acción del estado es a menudo limitada, lo
que muchas veces ha conducido al recrudecimiento de la acción de la sociedad
civil como forma de compensar la pérdida del poder regulador estatal (Garner
1996).
Si los movimientos sociales definen su identidad y el ámbito de su acción a
partir de un determinado conjunto de posibilidades y oportunidades debemos
fijarnos en los rasgos culturales de cada sociedad (Cohen, Rai 2000).
Portugal, una nación recién llegada al mundo de los estados democráticos
y miembro de la Unión Europea sólo desde 1986, se encuentra en un proceso
de transición entre una sociedad protoindustrial y una sociedad de la informa-
ción. Debemos, por tanto, tener en cuenta que solamente en los últimos años
se han convertido en una preocupación más generalizada algunas de las metas
sociales ya presentes en la acción colectiva de otras sociedades modernas. Es
este, según nuestra opinión, el caso del movimiento por Timor.
Los movimientos sociales deben ser comprendidos en sus propios términos,
es decir, son lo que dicen ser. Sus prácticas (y entre éstas sobre todo sus prácticas
discursivas) son su autodefinición (Castells 2004).
Aunque asumiendo formas diversas, el movimiento por Timor perseguía un
objetivo común: poner fin al sufrimiento del pueblo maubere o, en otras pala-
bras, acabar con los abusos, sobre todo la muerte indiscriminada de timoreses,
la ausencia de libertad de expresión y culto y los abusos sexuales a mujeres. En
ese sentido, debemos considerar analíticamente el movimiento por Timor como
movimiento de defensa de los derechos humanos (Garner 1996:149).
Una segunda cuestión a ponderar es si debemos considerar un movimiento
de defensa de los derechos humanos como movimiento social.
Según Cohen y Rai, los movimientos que tienen como objetivo poner fin
a un genocidio o etnocidio, la tortura, la prisión sumaria sin juicio, la pena
164. Veen e Inglehart establecen incluso una relación causal entre este contexto y el cambio que
observamos en los valores defendidos en las sociedades desarrolladas, más relacionado con el
consumo y la expresión cultural que propiamente con la esfera de la producción (cit. en Crook,
Pakulski, Waters 1992:145/146 y Neveu 1996:69).