© Editorial UOC 480 Los medios de comunicación en la sociedad en red
servir de la posibilidad de conectar las diferentes esferas de la mediación para
lograr sus objetivos.
Al analizar el papel de la mediación política de los medios de comunicacn en
un contexto de democracia y difusión inicial de una tecnología suele existir un
condicionante a tener en cuenta: el proceso de mediacn sólo puede producirse cuan-
do todos los que intervienen otorgan el mismo poder simbólico al medio en cuestión.
El caso vivido por el proyecto Terràvista en verano de 1998 es un ejemplo
de no división del poder simbólico atribuido a un determinado medio, en este
caso Internet, por quienes intervienen, el ministro y los organizadores de la
protesta. Y ello afecta también la influencia de los procesos de mediación. En
ese caso, la necesidad de reacción pública por parte del Ministerio de Cultura
sólo tomó forma cuando las críticas, que ya habían sido difundidas hacía días
en Internet, tuvieron eco en los medios tradicionales.
Al otorgar un mayor peso a la visibilidad de las críticas en prensa y televi-
sión en detrimento de las expresadas en Internet, el Ministerio de Cultura sólo
demostraba que pueden existir distintas atribuciones de poder simbólico según
quién interviene en un proceso de mediación, pudiéndose crear situaciones en
que la mediación no se desarrolle no por la falta de acceso a un medio sino por
la no división del poder simbólico que se le atribuye.
El análisis de la cronología de la protesta de Terràvista explicita esta línea de
argumentación con más claridad.
El día 30 de julio se redacta una “Carta abierta al Ministro da Cultura sobre
Terràvista” distribuida en grupos de noticias portugueses: pt.geral, pt.Internet
y pt.Internet.www y enviada por e-mail al Ministro de Cultura. Paralelamente,
todos los medios de comunicación –radio, prensa y televisión– destacan el cie-
rre, no tanto por la importancia del propio hecho, dado que se trata de Internet
y un número reducido de usuarios, sino porque se enfrentan a un ministro
extremadamente mediático, Manuel Maria Carrilho.
Considerando esa percepción, los organizadores de la protesta, que incluían
a algunos periodistas y hackers, deciden que lo fundamental es conseguir la
visibilidad mediática de la televisión y prensa para el acontecimiento y en
menor grado desarrollar o intentar organizar protestas a través de Internet.
Toda la estrategia de envío de e-mails a los órganos de soberanía como el
Presidente de la República o el Gobierno sigue esa lógica, es decir, la produc-