un acervo histórico individual e inajenable, es producto de las decisiones que
tomamos y de las sociedades que construimos, pues nuestra autonomía depen-
de también de los modos de producción y desarrollo en que vivimos. Como tal,
es diferente la ciudadanía en un modo de producción capitalista o estatista
(Castells 2002), así como también lo es entre una sociedad tradicional patriar-
cal y una donde los derechos y deberes de los hombres, mujeres y niños son
reconocidos como idénticos. También la ciudadanía es diferente en función de
si el modelo de ejercicio de poder se asienta más en una identificación con un
ideal democrático (como el de las democracias de la Unión Europea), en un
modelo mitigado como en el caso de Rusia (Rukavishnikov 2002) o también en
regímenes totalitarios, como los que se constituyen en cualquier fundamenta-
lismo religioso, nacionalismo xenófobo, o en las dictaduras que la Península
Ibérica y América Latina conocieron durante décadas en el siglo XX.
¿Cómo se ejerce la ciudadanía en la sociedad en red? Ésta es una pregunta cuya
respuesta depende de las hipótesis anteriormente formuladas sobre la evolu-
ción del sistema de los medios de comunicación y de nuestra relación con las
tecnologías de la información y comunicación en la matriz de medios y las die-
tas de medios, así como de cuestiones sobre nuestro uso de herramientas como
Internet y la televisión al servicio de nuestros proyectos de autonomía.
Manuel Castells nos da una respuesta parcial, pues la sociedad en red pare-
ce caracterizarse por la formación de redes de relación en torno a proyectos
individuales y colectivos a partir de intereses y valores compartidos por los
individuos, es decir, a un modelo de comunicación centralizada y una defini-
ción conjunta de objetivos comunes mínimos le sucedería una proliferación de
nuevos proyectos colectivos compartidos a través de una red. Dichos proyectos
pueden ser tan variados como el interés común por resolver un problema en
un barrio, llegando a proyectos políticos de aplicación a nivel nacional o glo-
bal o simplemente la defensa de la programación de un determinado canal de
televisión que es apreciado porque constituye una afirmación de nuestra iden-
tidad.
Aunque Internet promueva estas redes construidas a partir de proyectos
espontáneos que surgen en la sociedad, constituyéndose en la plataforma tec-
nológica más adecuada a su afirmación, también es cierto que el ejercicio de
autonomía no depende sólo de Internet, y no sólo porque Internet, incluso
© Editorial UOC 48 Los medios de comunicación en la sociedad en red
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