© Editorial UOC 466 Los medios de comunicación en la sociedad en red
La primera conclusión es que la política informacional, tal como la des-
criben Castells (2004), Dijk (2000) y Gibson y Ward (2003), es decir, el pre-
dominio de la televisión (y en menor medida de la prensa escrita) como ins-
trumentos de comunicación política, se mantiene actualizada porque a pesar
de que partidos, parlamentos y gobiernos (ya sean sistemas parlamentarios,
presidencialistas o semipresidencialistas) hayan invertido y habilitado inter-
faces tecnológicas en Internet entre electos y ciudadanos, su uso por parte de las
elites políticas se realiza mayoritariamente de forma reactiva. Exceptuando los
períodos de campaña electoral, su uso en un enfoque de arriba abajo (iniciati-
va de contacto originada en los órganos de soberanía) es reducido. El correo
electrónico y páginas web están para quien desee comunicarse con los órganos
de soberanía pero no existe una fuerte voluntad política para fomentar esa
participación.
Esa infrautilización de los potenciales de Internet deriva en gran parte de las
representaciones de los electos, que fruto de la experiencia propia o de prejuicios
no creen que la aportación de la participación ciudadana represente un gran
valor añadido para su trabajo.
También existen indicios en algunos países de que el uso de Internet en el
marco institucional no tiene por qué ser tal y como se describe en las líneas
anteriores. Casos de países europeos como Alemania y Austria demuestran que
el uso de Internet puede ser valorado en el contexto de la creación de canales
alternativos de comunicación de masas. Sin embargo, de la intención a la
práctica media un largo recorrido sobre todo porque el uso de los medios más
tradicionales en la comunicación de masas continúa siendo el preferido a juz-
gar por los resultados arrojados (Kleisteuber et al.2004, Fitzmeier et al. 2004)
y también porque las televisiones y periódicos tienen en sus modelos tradi-
cionales de difusión interés en mantener el modelo de comunicación política
vigente durante los últimos 20 años. Hasta cierto punto, Internet es rehén de
la política informacional institucional. No interesa ni al sistema de medios ni a los
agentes políticos institucionales de soberanía conceder espacios de crecimiento para el
uso de Internet en la comunicación política de masas.
Internet es considerado más bien como tecnología que sustituye el envío de
cartas, mantieniendo el carácter de esta comunicación postal, que como tecno-
logía de difusión de información y comunicación multilateral.