© Editorial UOC 455 La política mediada
Hemos dejado deliberadamente fuera del análisis lo que identificamos como
una cuarta dimensión, es decir, la comprensión de cómo la televisión, la radio
y la prensa se posicionan como propiciadores o bien como obstáculo a nuevas
modalidades de mediación entre ciudadanos y electos ofrecidas por Internet.
Ese será el elemento conductor de nuestro análisis a partir de ahora.
Como ya hemos observado a lo largo de este trabajo, cuando se utiliza
Internet de forma proactiva a través del correo electrónico puede desempeñar
papeles similares a los tradicionalmente otorgados a la televisión, radio y pren-
sa, es decir, puede convertirse en una tecnología de comunicación de masas
(Eco 2004).
Como sugieren Filzmaier, Hoff y Cardoso (2004), el uso de Internet en el
marco institucional parlamentario no es sólo un producto de competencias y
representaciones de quien maneja estas tecnologías en el contexto de los órga-
nos de soberanía.
El uso también depende de muchos factores internos como la estructura
jurídica y administrativa del parlamento, la relación entre votantes y electos
(resultado del sistema electoral), métodos de trabajo y organización de los
partidos; la cultura política o cómo se ven a mismos los parlamentarios y el
origen social de los propios disputados. Los factores externos son también tan
o más importantes que los internos y pueden incluir la estructura de gobierno
y su relación con éste, aspectos generales de la cultura política, aspectos socio-
demográficos del uso de Internet y el funcionamiento del sistema de medios.
La hipótesis que se formula aquí es que en cierto modo, los medios de comu-
nicación como la televisión, la radio y la prensa contribuyen también como instru-
mentos de inercia al cambio de los modelos de comunicación política por parte de los
parlamentarios.
Ello sucede porque por un lado, los diputados ven en los medios de comu-
nicación (especialmente la televisión y la prensa) espacios de mediación que
funcionan bien (aunque no siempre con reglas de su agrado) para la comuni-
cación vertical.
Por otro lado, la relación entre medios de comunicación y políticos, habi-
tualmente proactiva por parte de los primeros (son ellos los que contactan con
los parlamentarios para obtener noticias) y reactiva por parte de los últimos
(aunque los políticos también explotan la necesidad informativa de los medios)