Se trata de una cultura generada a través de las industrias culturales y sus
procesos de producción e innovación pero con la diferencia de caracterizarse
históricamente por un mayor poder que es ejercido por las necesidades cultu-
rales de los consumidores sobre las propias industrias culturales, un poder cuyo
origen está en el aumento de su capacidad de interacción, principalmente por
el acceso a las tecnologías como Internet, las cámaras digitales o la telefonía
móvil, y de generar así un capital simbólico para el ejercicio de influencia sobre
las industrias de producción cultural y la sociedad en general.
Para Castells (2003) es a través de la virtualidad que procesamos principal-
mente nuestra creación de significado, sugiriendo que el análisis de la creación
de significado en la era de la información debe tener en cuenta la combinación
del análisis de la comunicación y de los procesos de mediación.
Como sugiere Silverstone (2004), la creciente centralidad de los medios de
comunicación en el ejercicio del poder y la manera de vivir nuestro día a día
sitúa el estudio de la mediación en el centro de la agenda de investigación social:
El análisis de la mediación requiere pues la comprensión de cómo el proceso de
mediación da forma tanto a la sociedad como a la cultura, de la misma forma que
las relaciones de los participantes institucionales e individuales se posicionan frente
a su medio y otros (Silverstone 2004, traducción propia).
El estudio de la mediación no es como tal un recurso de los diferentes enfo-
ques sobre el papel de la comunicación sino que se presenta como una aporta-
ción más. Las propuestas de autores como Paquete de Oliveira (1995) sobre la
relación entre información y comunicación; Colombo (1995) sobre la comuni-
cación sintética; Umberto Eco (2001) sobre la precedencia de los medios de
comunicación sobre los contenidos; Ignacio Ramonet (1999) sobre los sistemas
de narrativas y tecnologías; o incluso escritores como Kenzaburo Oe (1999)
sobre lengua y comunicación son fundamentales para permitir un conocimien-
to más profundo de cómo generamos y vivimos a través de nuestras prácticas
una cultura de virtualidad real y cómo ésta influye, condiciona y promueve
nuestros proyectos de autonomía.
© Editorial UOC 44 Los medios de comunicación en la sociedad en red
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