© Editorial UOC 427 La política mediada
Ejemplos de los llamados ciberoptimistas son para Pippa Norris (2001) los
casos de Howard Rheingold (2000) y su visión de las comunidades virtuales
como nueva esfera pública de intercambio de ideas, debate y movilización
de opiniones; Brian Loader (1999), que sugiere que Internet tiene el poten-
cial para responsabilizar más al gobierno frente a la opinión pública y una
ciudadanía más informada, facilitando la participación en los procesos de
decisión; Roza Tsagaroussianou (1998), que defiende el uso de Internet como
fuente de revitalización de las redes ciudadanas en zonas urbanas y barrios;
o Budge, que cree que Internet permitirá la democracia directa en forma de
referendos online diarios (1996). El pensamiento ciberpesimista se concretiza
en los análisis de autores como Margolis y Resnick (2000), que argumentan
que el uso de Internet para fomentar la ciudadanía ha fallado porque los
intereses establecidos, los grandes partidos y los medios de comunicación
tradicionales, han hecho todo lo posible para mantener la política tal y
como estaba; Bimber (1998) que sugiere que lo que cambia con Internet es
la forma de transmisión y no los contenidos, que son los mismos que ya
se encuentran en los medios de comunicación tradicionales; o Abramson
y Arterton (1988) que argumentan que la democracia plebiscitaria a través
del voto electrónico equivale a contar cabezas sin dar oportunidad al debate
deliberativo.
Pero a pesar de su utilidad conceptual, esta división quizá peca de centrarse
demasiado en una medición de impactos positivos o negativos asociados a
Internet en lugar de profundizar conceptualmente en las aportaciones a los
modelos de democracia en vigor.
Intentando huir de esos condicionantes positivos y negativos del impacto
tecnológico, Gibson y Ward (2000) proponen trazar tres escenarios del impacto
institucional y organizativo de las tecnologías de la información y comunica-
ción, en particular Internet.
El primer escenario hace referencia a una perspectiva de revolución, erosión
y democracia directa en el que el papel representativo de las organizaciones
políticas es sustituido por la intervención directa de los ciudadanos en su
autogobierno. Esa visión también tiene partidarios en el ámbito político, espe-
cialmente partidos o candidatos antisistema, el ejemplo más famoso del cual
sea probablemente el documento Cyberspace and the American Dream: A Magna