© Editorial UOC 388 Los medios de comunicación en la sociedad en red
De esas formas diferentes de actuar frente a la televisión también se puede
deducir la existencia de una percepción emocional de los medios diferenciada
según cada medio (Colombo y Aroldi 2003).
Mientras la generación iniciática comparte un interés idealizado en torno a
la televisión de los primeros años de emisión, recordando títulos de películas y
nombres de series, las generaciones de transición y multimedia, a pesar de seguir
confirmando a la televisión como centro de sus dietas de medios, nos ofrecen
la visión de una dieta menos estática y más abierta a otras comparaciones
con otros medios de comunicación.
Las generaciones más jóvenes realizan más fácilmente nuevas recomposicio-
nes entre medios y siendo más conscientes de la diversidad de géneros y forma-
tos televisivos se involucran emocionalmente menos con ese medio. En el caso
más evidente que refleja la generación multimedia, su implicación emocional da
prioridad a videojuegos, móviles y música y no a la televisión.
El análisis de las prácticas televisivas en cuanto a contenidos y memoria nos
presenta también algunas aportaciones interesantes sobre la forma en que dife-
rentes generaciones parecen apropiarse de manera distinta de la televisión.
De este análisis resultan semejanzas entre prácticas pero también claras
lógicas de diferenciación que no obedecen simplemente a necesidades genera-
cionales distintas.
Esas diferencias deben pues entenderse como producto de representaciones
diferenciadas sobre lo que representa el medio televisión para las diferentes
generaciones, que crecieron con diferentes televisiones.
Si las generaciones iniciática y de transición comparten los cinco programas
que ven más a menudo y si cuatro de esas referencias son de noticias (y la quin-
ta una telenovela), existen diferencias más sustanciales en cuanto a la forma en
que su memoria registra la televisión.157
157. Merece la pena introducir aquí un breve paréntesis. Uno de los hechos más interesantes de
este análisis es cómo la memoria televisiva, al ser cuestionada de forma directa, se centra en el
tiempo casi presente. En todas las generaciones analizadas, de las 15 respuestas contabilizadas
(Cuadro 8.3) se hace referencia en un solo caso a un programa de hace más de un año, el concurso
televisivo “1,2,3”. En las generaciones más jóvenes, la memoria de los programas de más de un año
de antigüedad que más gustaron es prácticamente inexistente salvo en el caso de series de culto
como “Expediente X”.