© Editorial UOC 366 Los medios de comunicación en la sociedad en red
ponsables de la erosión del capital social, es decir, de la participación ciudada-
na desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se encuentra en la televisión,
mientras que la prensa escrita es un elemento de fomento de la participación.
Según este autor, ver la televisión constituye ante todo la principal actividad de
ocio que inhibe la participación fuera del espacio doméstico, particularmente
los encuentros sociales o conversaciones informales. En segundo lugar, la tele-
visión influye en una visión más negativa del mundo y de la gente, pudiendo
incitar a una mayor desconfianza hacia el otro.
Esta perspectiva de colonización del ámbito político y la esfera pública por
los medios de comunicación se plasma en las perspectivas contemporáneas de
autores como Meyer y Hinchman (2002). Según estos últimos, nos encontra-
mos actualmente en una “democracia de los medios de comunicación” como
nuevo régimen político. A su modo de ver, el proceso político actual se carac-
teriza por dos elementos cruciales: por un lado, la forma en que los medios
de comunicación representan el campo político de acuerdo con sus propias
reglas y por otro, el modo en que la política se transforma como resultado de
su sumisión al poder de estas reglas. Así pues, se plantea una cuestión central:
¿hasta qué punto los procesos democráticos corren peligro cuando las reglas
del sistema político son sustituidas por las reglas de los medios de comunica-
ción (Meyer e Hinchman 2002)?
Sin embargo, también hay opiniones críticas con esos análisis, que los con-
sideran demasiado simplistas en cuanto a la concepción que los medios de
comunicación tienen de la política y la opinión pública.
Varios autores defienden que las relaciones entre los medios de comunica-
ción y la política son más complejas, pudiendo oscilar entre el apoyo y el con-
flicto mutuo. Es decir, esa descripción de “mediocracia” (Meyer y Hinchman
2002) también tiene una naturaleza plural y competitiva y como tal no deja de
ser una democracia (Castells 2004).
En esencia, las reglas son las mismas, son los actores quienes asumen nuevas
configuraciones en su presencia pública.
Como supuesto de partida, Castells (2004) considera que los medios de
comunicación se encuentran siempre insertados en un determinado contexto
social, con un elevado nivel de indefinición en la interacción con el sistema
político debido a la variabilidad de las estrategias de los agentes políticos y