Lo que atrajo el interés comercial por los servicios de búsqueda fue lo mismo

que llevó a la creación de estos mecanismos: el valor atribuido a la orientación

de Internet.

La percepción del valor de la orientación de Internet desencadenó la apari-

ción de los portales a través de una estrategia comercial de consolidación de la

presencia en el mercado de la nueva economía y de la necesidad de fidelizar a

los consumidores en el acceso a Internet.

A su surgimiento, los portales no son sólo buscadores o directorios de infor-

mación sino que tienen un valor comercial por mantener un amplio número

de usuarios, por lo que el comercio, junto a los nuevos servicios y noticias,

viene a unirse a sus funciones iniciales.

Pero no basta percibir el papel central de los portales para la gestión de la

información, hay que tener presente que los mismos actúan como gatekeepers,

como filtros tanto positivos como negativos. La búsqueda realizada a través de

éstos se hace en base a opciones de valorización o desvalorización de aparicio-

nes.

Cuando esa búsqueda recurre a un solo motor a nivel mundial mediante

acuerdos comerciales entre portales y buscadores, la cuestión del gatekeeping

cobra una dimensión más central en los análisis de Internet.

Aunque lo desconozca la mayoría de veces, el usuario está frente a un

espacio limitado y con una fuerte correlación entre páginas de Internet con

referencias entre sí, es decir, cuanto más links remitan hacia una determinada

página, mayor es la probabilidad de que aparezca en un buscador. Por último,

cabe decir que muchos de los propios buscadores reajustan sus resultados

jerárquicamente en función de las opciones de los usos anteriores. El uso de

clasificaciones por popularidad para determinar los resultados de las búsque-

das tiende a hacer las páginas de por sí populares todavía más populares y las

menos populares cada vez menos visibles.

A menudo, el usuario también desconoce la limitación temporal de la infor-

mación (Wouters et al. 2004).

Todos los buscadores borran los documentos más antiguos y los sustituyen

por aquellos que presentan un sello temporal más próximo al presente. Ello

conlleva la pérdida de información en una dimensión histórica, haciendo que

los buscadores sean esencialmente objetos de presentación del presente y no