miento de mayor proximidad e intimidad entre oyentes, animadores y perio-
distas. Como señalan Franquet, Vitadini y Fondelli (2002), esa es una tenden-
cia común a varios países.
En España, la emisora nacional española RNE y las radios de las comunida-
des autónomas tienen sus sitios web, siendo Catalunya Ràdio la primera en
transmitir en catalán vía Internet en abril de 1996. Actualmente la mayoría de
emisoras de radio autonómicas transmiten parte de su programación vía
Internet e intentan desarrollar esa relación de proximidad y comunidad con
sus oyentes (Franquet 2002). En Italia, la presencia online de las emisoras radio-
fónicas se caracteriza cada vez más por la oferta de herramientas de creación de
comunidades. Más allá de los instrumentos tradicionales (datos sobre DJs y ani-
madores, sobre la transmisión y eventos especiales, información local) emerge
una significativa oferta de foros y chats que contribuyen a consolidar la comu-
nidad de usuarios (Vitadini 2002).
Con la aparición de Internet la radio mantiene sus lógicas de segmentación
pero ha pasado a competir con los periódicos en el online informativo. Debido
a las lógicas económicas y estrategias multimedia de los grupos de comunica-
ción, la radio puede hasta liderar la presencia de un grupo online, como en el
caso de la TSF, o cerrar una laguna como en el caso de RR pues lo que Internet
da a los periódicos (rapidez de actualización), la radio lo tiene como caracterís-
tica genética.
Tanto en el campo informativo como del entretenimiento, la radio aprove-
cha esencialmente Internet para profundizar sus lógicas de comunidad, no solo
recurriendo a los programas en abierto sino con todo un abanico de opciones
tecnológicas de medios de comunicación interpersonal y de masas (como el e-
mail, SMS o Internet), lo que le permite aumentar la relación de intimidad y
combatir una lógica de radio como mero medio de entorno, al mismo tiempo
que retoma en parte su calidad de medio caliente (ya no en la seducción pasi-
© Editorial UOC 311 ¿Ha cambiado Internet...
espera reciprocidad comunicativa alguna.
Crisell (1994) distingue tres tipos de programa: exhibicionistas, confesionales y expresivos. En el
modelo exhibicionista el presentador anima al oyente a hablar de sí mismo y de sus intereses. En
el modelo confesional, el presentador desempeña el papel de consejero a quien el oyente relata pro-
blemas personales, esperando que del otro lado de la línea surja un análisis que contribuya algo a
su situación personal. Por último, en el modelo expresivo se le pide al oyente que exponga sus opi-
niones sobre asuntos públicos.
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