Como señala José Alberto Carvalho (cit. en Cardoso y Santos 2003), quien
organiza un telediario y se encuentra de repente ante decenas de asuntos y
tiene que ordenarlos tiene también que encontrar una secuencia lógica en su
mente para que todo tenga sentido.
José Alberto Carvalho no se refiere al hipertexto mental sugerido por
Castells (2004) o al sistema de medios en red (Cardoso 2004), pues no expresa
el vínculo entre usos de medios; si tenemos también presentes aquellas dos for-
mulaciones, comprendemos que el análisis propuesto por el periodista y pre-
sentador de telediarios se encuentra a otro nivel de influencia de las nuevas tec-
nologías, es decir, la demostración de cómo la lógica de Internet puede modi-
ficar también nuestra forma de organización mental y de presentación de la
información, incluso en medios de comunicación que tecnológicamente no
funcionan con soporte de hipertexto.
De ahí que se pueda argumentar que Internet, aunque de forma no directa,
está contaminando el propio discurso televisivo, a veces de forma evidente,
otras veces más sutil.108
Una de las dimensiones de esa contaminación es la noticiabilidad, pues esos
criterios también siguen una lógica de hipertexto con el objeto de captar la
atención del telespectador. Dadas sus características tecnológicas, la televisión
tiene que jugar mucho más con una lógica hipertextual que por ejemplo un
periódico en papel. Para el lector de un periódico en papel la interactividad es
mucho mayor en términos de la gestión de la información: puede hojear, sal-
tar noticias, gestionar su tiempo mucho mejor de acuerdo con su agenda de
interés individual. En el caso de la televisión la hipertextualidad debe gestio-
© Editorial UOC 266 Los medios de comunicación en la sociedad en red
108. Con la aparición de Internet, nuestra forma diaria de organizar la información se ve por prime-
ra vez confrontada con un medio donde encontramos la misma lógica de funcionamiento de la
memoria de nuestro cerebro, es decir, la conexión no secuencial de información entre neuronas. De
algún modo, el hipertexto tecnológico recrea el modelo de organización biológica de nuestro cere-
bro, y quizás sea esta también una de las muchas razones del éxito de Internet. José Alberto
Carvalho, periodista de RTP y presentador del Telejornal, argumenta de modo similar que “(...) las
cosas son secuenciales en un libro, tienen principio, medio y fin y este orden no se puede invertir.
En Internet el orden es el impulso. La estructura narrativa de Internet es totalmente diferente debi-
do a esta posibilidad, de la que existe y que estábamos habituados en los libros y que continuamos
enseñando a nuestros hijos a pesar de que la realidad se empecine en desmentirlo. Seguimos ense-
ñando a los niños la lectura secuencial y el aprendizaje secuencial de hechos, las tablas cronológi-
cas. Entiendo que tiene sentido para ayudar a estructurar algún conocimiento, pero no creo que sea
la única y última manera de presentar y organizar las cosas (...) ”. (cit. en Cardoso y Santos 2003)
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