Como ya hemos afirmado, se ha dicho muchas veces que el final del siglo XX
(y el inicio del XXI) se caracteriza por la convergencia en los medios de comuni-
cación: convergencia económica, tecnológica y de mercado. Pero también pode-
mos argumentar que al final lo que puede medir el éxito de esta convergencia es
la forma en que ha tendido o no éxito en cuanto a su apropiación social. Los éxi-
tos de la convergencia a nivel económico son indudables, especialmente en rela-
ción a la adquisición y fusión entre emisoras y productoras de contenidos (aun-
que por ejemplo Vivendi-Universal haya tenido problemas y Time Warner-AOL
haya acabado resultando una decisión de dudosa eficacia para Time Warner).
A nivel tecnológico nos encontramos con evoluciones con diferentes grados
de éxito y fracaso: presencia de los periódicos online, posibilidad de escuchar la
radio en Internet, vínculos entre música, cine e Internet (aunque muchos no
legales), telefonía móvil multimedia, etc.
No obstante, la presencia de la televisión en Internet está claramente por
debajo de las expectativas; esta situación se debe entre otros factores, y como
hemos visto, a la falta de capacidad de inversión de los canales, la baja oferta de
banda ancha y la incapacidad de la televisión de afirmarse en el sector digital.
De ahí que se argumente que la fase actual no se caracterice por la difusión
de la televisión interactiva y la convergencia tecnológica sino por el éxito de la
televisión en red en un proceso de divergencia.
¿Qué es entonces la televisión en red? La respuesta se encuentra en el análisis
de las prácticas de los telespectadores, en las fórmulas de interacción con la
televisión y también en las fórmulas de organización de la interactividad por
los programadores televisivos y en las articulaciones tecnológicas que se dise-
ñan en el actual sistema de medios de comunicación.
La oferta de interactividad televisiva digital es hoy simultánea en diferentes
soportes tecnológicos que van desde la oferta de televisión sobre IP (Thadayoni
2004) a la oferta de los portales de Internet de las televisiones, pasando por la
apuesta de Microsoft por la televisión interactiva, la televisión digital terrestre,
las emisiones vía satelite y cable, las redes móviles de telefonía móvil y obvia-
mente la televisión que combina el uso de Internet, SMS y telefonía.
El modelo de televisión en red puede explicarse a través de las prácticas de
comunicación con la televisión, como en el caso de Portugal en el cuadro
siguiente.
© Editorial UOC 205 Una constelación de redes
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