también de la radio y la producción y difusión de contenidos. Su dimensión

cultural es considerada educativa, promoviendo una alfabetización comple-

mentaria de la población y la idea de cultura como un conjunto de repertorio

definido por la propia programación, donde los intelectuales desempeñan un

papel divulgativo. En ese modelo, el papel otorgado a la información está toda-

vía inspirado en el modelo monopolista radiofónico y del día a día de las eli-

tes, presentando una dimensión institucional y en el que conviven dos mode-

los de relación con los periódicos: competencia o autonomía. En este primer

modelo los objetivos de la televisión son prestar información y cumplir un

objetivo cultural de carácter educativo.

Una segunda fase de la televisión europea puede identificarse con el período

comprendido entre la segunda mitad de los años setenta y los años ochenta,

correspondiendo a la creación de un sistema mixto de televisión pública y priva-

da en el cual la definición de servicio público pasa a depender de la atribución de

un papel informativo, de identificación con la cultura institucional nacional y con

modelos propios de lenguaje televisivo que la diferencian de las prácticas de las

televisiones privadas. La función cultural de la televisión pública de ese período es

democratizar la cultura a través de la ampliación del acceso a la misma mediante

la descentralización (de los centros de producción cultural hacia las periferias). De

este modo, la cultura es vista como circulación espontánea de ideas y no como

repertorio definido fijo, permitiendo la experimentación y las vanguardias cultu-

rales. En ese segundo período la información en la televisión pública pasa a repre-

sentar el sentido literal de la propia palabra, todo lo que vale la pena contar pero

en un marco específico considerado como propio de un servicio público y dejan-

do para las televisiones privadas una definición aún más extensa lo que es la infor-

mación. En este contexto, la competencia pasa a existir claramente, ya no entre la

televisión y los periódicos sino entre televisiones privadas y públicas.57

Aunque las fases II y III, que corresponden respectivamente al sistema mixto

y de codificación de los duopolios, conviven en Portugal en un mismo período

57. En el caso portugués la segunda fase ocurre más tarde, pues fruto de la revolución del 25 de

abril de 1974, la televisión se democratiza en Portugal aunque no es hasta 1992 que dan comien-

zo las emisiones privadas. De ahí que en Portugal el sistema de monopolio haya perdurado hasta

principios de los años 90, mientras en el resto de Europa había comenzado a erosionarse durante

la segunda mitad de los años 70.

157-214 cap4 17/5/10 23:01 Página 178