De la apropiación económica y social resulta una interesante relación entre
mercado y democracia.
Aunque la dimensión económica de la globalización resulte fundamental,
ésta debe entenderse como fenómeno no sólo económico sino también comu-
nicativo (Giddens 1999). Cuando vivimos en un mundo en que las noticias
asumen un carácter casi instantáneo y donde la diversidad de contextos infor-
mativos es la norma (véase por ejemplo las diferencias de cobertura televisiva
por satelite de la CNN y las televisiones árabes, como Al-Jazeera, de la subleva-
ción en Irak en abril de 2004) tenemos que asumir que globalización significa
también un cambio en los sistemas de comunicación Este cambio transforma
las vidas locales de las personas al mismo tiempo que cambia la estructura eco-
nómica de la propia vida.
La ambivalencia que caracteriza a los medios de comunicación en este con-
texto histórico es susceptible de encontrarse también en su papel de gestión de
la autonomía comunicativa y en la posibilidad de empoderamiento individual que
pueden otorgar.
Los medios de comunicación en general tienen un doble papel en el mundo
moderno. Por un lado, son instrumentos de la democracia, como lo demuestra
el papel de las televisiones en las revoluciones de 1989 en Europa del Este, el
golpe ruso contra Gorbachov y la subida al poder de Yeltsin (Giddens 1999) o
incluso en la sensibilización de la opinión pública por el drama sufrido por el
pueblo de Timor Oriental en 1999 (Cardoso 2003). Por otro lado, los medios de
comunicación como la televisión tienden a subvertir los espacios que abren,
siguiendo una retórica de personalización y trivialidades en un proceso de pre-
ocupación con las personalidades, con lo trivial, lo cual asume a menudo un
efecto negativo en el diálogo social.
Fruto de esa dualidad, éste es el primer momento histórico en que los
gobiernos y los ciudadanos coexisten en el mismo entorno informativo, algo
que sucede también a través del cambio tecnológico entre otros. Por primera
vez, los gobiernos tienen que cambiar la forma de tratar a sus ciudadanos.
Cuando los gobiernos y los ciudadanos viven en un mismo entorno informa-
tivo hay muchas cosas que los ciudadanos dejan de tolerar; toleran mucho
menos la corrupción, los negocios entre bastidores, los acuerdos secretos, las
redes de favoritismos. A medida que se comparte el mismo entorno, todo aque-
© Editorial UOC 130 Los medios de comunicación en la sociedad en red
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