cha, pero no en todos los países analizados. Las excepciones parecen darse en
algunos de los países de Europa del Este, como la República Checa, Eslovaquia
y Hungría.
La brecha generacional no es el resultado de una opción sino el fruto de una
sociedad donde los recursos cognitivos necesarios están distribuidos de forma
desigual entre las generaciones, por lo que las sociedades donde el aprendizaje
y la alfabetización formal se encuentran mejor implantados históricamente
presentan procesos de transición que destacan menos las diferencias generacio-
nales.
Solo así se puede explicar, por ejemplo en el caso de Portugal, que entre los
nacidos antes de 1967 encontremos una parcela de agentes sociales que se acer-
can en algunos aspectos prácticos y a veces representaciones a los portugueses
más jóvenes. Esa proximidad es visible en un acercamiento de los que tienen
competencias educativas similares, por ejemplo en el uso de Internet o en su
perspectiva de promoción profesional.
La sociedad en que vivimos no es una sociedad en escisión. Sí es una socie-
dad asentada en un modelo de desarrollo informacional donde hay competen-
cias cognitivas más valoradas que otras, principalmente la escolaridad más ele-
vada, la alfabetización formal y el conocimiento tecnológico. Todas ellas son
competencias adquiridas y no innatas, por lo que no hay lugar a una irremisi-
ble escisión social, sino que existe un proceso de transición en que los protago-
nistas son los que dominan esas competencias con más facilidad.
Sociedades como la portuguesa y la catalana, además de enfrentarse a múl-
tiples procesos de transición, conservan una fuerte cohesión social en una
densa red de relaciones sociales y de territorio. Se trata de sociedades en que la
cohesión cambia y se mantiene a la vez. Existe una evolución en la dimensión
global pero se mantiene el control local y personal sobre lo que da sentido a la
vida (Castells 2004c). En las sociedades en transición, ese equilibrio entre el
cambio y la cohesión social puede constituir un rasgo común más.
Sin embargo, a pesar de compartir redes globales, cada realidad social es
única y sólo un análisis más profundo de cada país puede darnos a conocer
señales de evolución futura en cada una de nuestras sociedades: ese es el reto
de la comprensión de las transiciones en curso en nuestras sociedades hacia la
sociedad en red.
© Editorial UOC 114 Los medios de comunicación en la sociedad en red
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