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El documEntal Expandido: pantalla y Espacio UOC PRESS
Era el comienzo de unas prácticas audiovisuales que ingresa-
rían en galerías y museos y que desde una perspectiva más amplia,
años más tarde, Jean-Christophe Royoux describiría como un
“cine de exposición”: un fenómeno que a lo largo de la presente década
[los años 90] se ha extendido cada vez más, tanto en el cine como en el arte
contemporáneo.52
La imagen electrónica fue seminal en la atracción por la ima-
gen y la experimentación por toda una serie de “videastas ama-
teurs” provenientes de otras artes y medios, y sin una formación
convencional cinematográfica.
Muchos de ellos introdujeron en la construcción de imágenes
en movimiento y en la narrativa conceptos pertenecientes a otras
disciplinas como son la música electroacústica, la escultura y el
teatro, abriendo así posibilidades narrativas y antinarrativas que
el cine y la televisión aún no habían explorado. Pero sobre todo
tendieron un puente entre los conceptos que en el arte contem-
poráneo habían cambiado la forma y función del objeto y la obra
en relación con el espectador-usuario.
No es nuestra intención trazar aquí un mapa de autores o una
historiografía del videoarte, ya por demás sistematizada y oficiali-
zada en los últimos años. Analizaremos, más bien, aspectos vin-
culantes entre técnica y narratividad en la imagen electrónica que
pueden ser relevantes para comprender los cambios y rupturas
que llevarán a cambiar el estatus de la imagen en movimiento y
en especial de la práctica documental contemporánea.
La incursión del vídeo en el mundo de la imagen puede ser
entendida bajo dos acepciones, algunas veces complementarias,
otras totalmente opuestas en sus intenciones y en sus consecuen-
cias. Podemos situar, por un lado, la voluntad de los “artistas-
videastas” de generar una nueva poética de la imagen donde se
cuestionan las formas de los géneros televisivos convencionales y
52. Ver J.-C. Royoux, “Pour un cinéma d’exposition”, Omnibus, núm. 20, abril de 1997, págs. 11-12.