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la rEprEsEntación documEntal
las propuestas contemporáneas en el ámbito de la imagen y la
comunicación.
Si la cámara fotográfica, mediante el celuloide y la emulsión
química, permitía registrar un documento/memoria del pasado,
detener una fracción de tiempo, la imagen electrónica nos abrió a
un orden simultáneo entre el suceso y su contemplación.
La invención del registro electrónico de la imagen ya no solo
hacía visible y presente algo más que el “momento decisivo” de
la interacción entre dispositivo y sujeto (grabar y visionar como
proceso simultáneo), sino que además esta ruptura de distintas
fases temporales de la acción (siempre en tiempo presente) y la
contemplación (de algo pasado) incluía el “tiempo real” de la
comunicación televisiva.
La televisión, esta capacidad de dotar al sujeto televidente de
poder mirar aquello que está distante de su esfera presencial com-
partiendo un aquí y ahora colectivo, se dotó de unas infraestruc-
turas que en su carácter de monopolio técnico y centralización
política dieron pie al nacimiento de las grandes corporaciones de
la comunicación.
El cine, como paradigma, invento y signo de la modernidad,
fue capaz de reflejar el carácter urbano de la revolución industrial
y de la burguesía como clase hegemónica a partir de ciertos mitos:
del individuo que inventa, patenta y produce, de su dinámica y su
ritmo (el montaje), su capacidad de crecimiento y su utopía de
progreso (los grandes planos generales desde torres, puentes y
aviones, en una nueva mirada panóptica del hombre masa).
El dispositivo televisivo abre una época que privilegia el plano
medio que enmarca el retrato, que entroniza al sujeto; pero donde
como contrapunto los grandes truts mediáticos marcarán las pau-
tas de conducta de la industria y del capital.
La sociedad de masas que el periódico y la radio habían empe-
zado a modelar se perfila con la televisión como una nueva época
donde el principio de realidad es fuertemente inducido por el
dispositivo y compartido por una amplia masa de televidentes.