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El documEntal Expandido: pantalla y Espacio UOC PRESS
museo o el centro cultural. Se desplaza, asimismo, desde la sala de
cine hacia el espacio urbano y el espacio de consumo de grandes
almacenes y parques temáticos.
El espacio urbano, calles, parques y edificios, entendido como
una formación cultural delimitada por coordenadas de materia y
tránsito que formalizan zonas de estancia y vías de movilidad, se
articula ahora también mediante el tratamiento de la luz a partir
del plafón audiovisual. Las guías de luz del semáforo se amplían
con la de los neones y las pantallas de plasma. El movimiento en
el espacio se regula y delimita de esta manera a partir de la luz.
El espacio simbólico de la pantalla bidimensional en un marco
oscuro que reflejaba un símil entre el dormir, el soñar y el ver
película, tan propia del medio y el espacio cinematográfico, se
convierte en un territorio de deseo ahora transitado y articulado
como un campo de acción e intercambio social.
La imagen se puede ahora contemplar en espacios abiertos al
intercambio social, a la visita conjunta, al paseo del flâneur por un
centro de cultura, o al destello rítmico y seductor de un centro
comercial.
La utilización comercial del espacio urbano junto a la privati-
zación del espacio público nos retrotrae a la idea decimonónica
de un “arte total”, un entorno que se articula como un espacio
sinestésico de la vida cotidiana.153
Esta inclusión del espacio audiovisual en la construcción del
espacio cotidiano urbano traslada la condición onírica del cine a
un ámbito abierto donde las formulaciones de deseo que expresa
todo arte y en especial el audiovisual se mezclan con la multitud
de objetos de nuestra experiencia cotidiana.
La virtualidad de la imagen como referente mágico que abre
y recrea un espacio del deseo154 se transforma en la construcción
153. Marc Rosenthal, Understanding Installation Art. Prestel Verlag, 2003, pág. 25.
154. Ver en el capítulo 2 de este libro la relación que establece V. Fluser sobre la imagen mágico-
ritual.