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El documEntal Expandido: pantalla y Espacio UOC PRESS
delante de trabajos audiovisuales, muchas veces, de más de media
hora de duración, conlleva una reorientación en las formas de
contemplación y fruición.
De hecho, no queda claro qué necesidad podemos tener en
ir especialmente a un espacio galerístico a ver documentales que
podemos ver en cine, televisión o DVD en casa.
La Trienal de Barcelona del año 2001 planteaba en uno de los
centros expositores (La Capella) trabajos documentales de varios
de los grandes nombres del documental.
Poder acceder a los trabajos de Wiseman, Marker y Kramer,
entre otros autores consagrados proyectados en el ciclo, es un
gusto para cualquier amante del documental, pero tener que
verlos en salas adyacentes con el sonido superpuesto en proyec-
ciones de vídeo de irregular calidad es una propuesta de dudoso
gusto y efectividad.
La conciencia de estas particularidades de exhibición, contem-
plación e interacción del espectador con las obras audiovisuales
expuesta en galerías y museos ha llevado a gran cantidad de
cineastas, videastas y artistas a realizar una planificación específi-
ca de sus trabajos audiovisuales para salas.
En Pasajes de la imagen, A. Weinrichter cita eventos de las últimas
décadas relacionados con las nuevas estrategias expositivas de la
imagen: Diversas exposiciones han ofrecido un inventario de la ubicuidad
del cine en la cultura visual y de su apropiación por las artes visuales: L’efect
Cinéma (Montreal 1995), Hall of Mirrors: Art and film since 1945 (Los
Ángeles 1996), Spellbound: Art & Film (Londres 1996) Pandaemonium:
The London Festival of Moving Images (Londres 1996), Cinema cinema:
Contemporary Art and the Cinematic experience (Eindhoven, 1999),
Notorious: Alfred Hitchock and Contemporary Art.121
Estas exposiciones audiovisuales plantean con mayor o menor
fortuna un diseño específico del dispositivo audiovisual para la
121. A. Weinrichter, “Pasajes de la imagen”, op. cit.