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introducción
les específicos crean un marco perceptivo especial y espacial. Las
prácticas de vanguardia teatral y el “cine expandido” son un buen
ejemplo de ello.
Podemos tomar también como referentes las propuestas del
screen art o ‘cine de arte’, que desde las propuestas minimalistas
de los años sesenta generan una práctica artística que reflexiona
sobre las condiciones y los límites del propio medio y los meca-
nismos de percepción que lo hacen posible.
Entre las tendencias relacionadas con el documental expandi-
do debemos, por lo tanto, incorporar las formas vinculadas a las
prácticas expandidas dentro de la institución del arte, a las fórmu-
las narrativas propias de las historias del cine, sean estas de fic-
ción o documental. Un tipo de cine que al proponer rupturas con
las formas narrativas convencionales logró abrir nuevos espacios
dentro del tejido audiovisual, y al que la propia historiografía del
cine denominó en su momento como las “nuevas olas cinemato-
gráficas”, el “cine de autor” y el “cine de ensayo”.
Para completar el amplio abanico de referencias en el que nos
moveremos, cabe sumar también a estos referentes la propia
denominación de origen del documental. Películas que en los
comienzos del cine buscan un lenguaje audiovisual específico
mediante fórmulas narrativas no vinculada a la tradición literaria
y periodística, y que desde los primeros trabajos de Dziga Vertov
en la Rusia constructivista (1917) hasta el documental de creación
de nuestros días proponen nuevas maneras de entender “lo real”
y, por lo tanto, de variar nuestro vínculo con el dispositivo téc-
nico mediante el cual somos capaces de hablar y crear “lo real”.
1. Documento y documental
El nombre de la profesión de quienes realizamos un camino
transversal entre la tradición cinematográfica y las estrategias
expositivas es, desde hace unos años, el de artista visual.