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que tomar decisiones, pero eso no implica imponer-
las. Algunas escuelas de cine, aunque por desgracia
no son muchas, eliminan la especialidad de dirección
porque consideran que quien se quiere dedicar a este
campo tiene que pasar primero por todas las demás
especialidades cinematográficas, es decir, el estudio y
práctica de la producción, el guión, la dirección artís-
tica, la fotografía, el sonido y el montaje.
Para entender el lenguaje cinematográfico se tie-
ne que profundizar en el conocimiento de la imagen,
el sonido, la escritura audiovisual, el tiempo y el espa-
cio. Cuando se domina todo eso, un cineasta obtiene
las respuestas para dirigir a un actor, sabe situar la cá-
mara de forma dramática sin entorpecer el desarrollo
de la historia, genera el ritmo necesario porque está
viendo la película premontada en su cabeza, y, final-
mente, lo tiene absolutamente todo bajo control.
Quizás el elemento más difícil que un director de-
be dominar es la puesta en escena, un arte aprendi-
do del teatro que, mediante el control de la cadencia
y el movimiento de los actores en el plano, establece
el dominio del espacio y el tiempo. Actualmente, se
impone la tendencia de trabajar con una cámara diná-
mica y un montaje frenético, pero los clásicos como
Ford, Dreyer, Bergman o Eastwood, que quizás es el
último de los clásicos, demuestran que en vez de mo-
ver la cámara se puede llevar al actor hacia ella, rodan-
do en continuidad, de forma invisible y elegante, co-