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en el camino de solucionar el problema principal.
Acostumbra a ser uno de los puntos débiles de
muchos guiones, ya que se trata de dar una inversión
a las expectativas generando una sorpresa, pero eso
muchas veces afecta a la verosimilitud de la trama.
Un buen twist, bien preparado pero que igualmente
nos sorprende, lo podemos encontrar en Blade Runner,
cuándo Deckard está colgado en el vacío bajo la
amenaza de Nexus VI, el líder de los replicantes y
antagonista principal: en vez de ser aniquilado, es
finalmente salvado por éste. Nos sorprende, pero lo
entendemos porque a lo largo del segundo acto se ha
dado información sobre cómo este androide llega a
valorar la vida. Por eso decide salvarlo.
·Clímax: resolución final que tiene que cerrar el
conflicto o problema presentado. La voluntad de la
industria por satisfacer al espectador impuso el happy
end o resolución positiva, pero tenemos que tener
en cuenta que las películas también pueden tener
una resolución negativa en la que el protagonista
no consiga su objetivo. Eso, por ejemplo, se da en
muchos melodramas en que la pareja, a causa de
la fatalidad, tiene que separarse y romper su amor
platónico o prohibido, como pasa en Casablanca o
Los puentes de Madison. En este tipo de resolución
negativa lo que encontramos al final del segundo acto
no es una crisis, sino un falso final feliz, es decir, un
momento en que pensamos que todo irá bien, para
recibir la inversión que siempre se da en el tercer acto.